La Asociación Nacional Republicana en este 2013 debe desplegar sus máximas fuerzas. El año que se inicia nos pone en la gran tarea de demostrar nuestra valentía, nuestro coraje, nuestro trabajo y nuestro orgullo de ser colorados. Ayer fueron grandes hombres como Caballero, Escobar, Garay, A. Pane, González, y otros quienes desde sus lugares se desempeñaron y demostraron que en las filas del Partido se pueden encontrar a los mejores hombres de la Patria.
Hoy nos encontramos ante la magnífica situación de reencauzar nuestra historia reivindicando nuestros máximos postulados y declaraciones programáticas y de principios. Hoy nos encontramos ante la magnífica ocasión de demostrar que somos un Partido grande, con capacidad de gobierno, con criterios y orientación; que la llanura supo forjar a sus líderes, a sus hombres y mujeres; ¡cuántos de nuestros correligionarios han pasado por la humillación, el pase de factura y la descalificación, en su día a día, por su simple condición de ser colorado! Que sepan por siempre nuestros adversarios que las victorias electorales son efímeras y pasajeras, que la victoria que se avecina no será del ojo por ojo ni diente por diente, que nuestra condición colorada va más allá porque somos paraguayos; porque somos auténticos y de convicción inclaudicable. Es por ello que hoy, un pueblo cansado y necesitado, un pueblo que sigue esperando respuestas de su gobierno que se ha pasado de viaje en viaje, que ha cortado las vías para el progreso, que ha querido imponer recetas políticas foráneas casi a toda costa, que ha despilfarrado desconsideradamente recursos y que inclusive miembros de nuestras filas fueron partícipes de hechos corruptos y anticiudadanos. Pero el pueblo está despierto. Hoy el pueblo paraguayo y colorado está en las trincheras del día a día en el fragor de la batalla por la erradicación de la pobreza, en la conquista de la educación, por la oportunidad laboral y mejores condiciones de vida. Que sepan todos los paraguayos que colorado no es simplemente su dirigente o el líder de movimiento con organización de grandes convocatorias. Colorado es aquel que vive y muere por su hogar, que con trabajo arduo y con honestidad se desempeña en su labor cotidiana, en la labor pública, en la labor privada. Ser colorado representa la máxima expresión de paraguayidad y que con mucho sacrificio labra su tierra o abre su comercio; que ordena el hogar o se dedica al estudio, todo esto unido al lazo indisoluble de trabajo comunitario y organizado, de política solidaria y mancomunada, eso, representa el coloradismo.
Hoy vivimos nuevos tiempos. 2013 es el año que tanto esperaban paraguayos y paraguayas. Es la nueva oportunidad de elegir autoridades que nos rijan por el siguiente lustro. Tenemos la suficiente capacidad para discernir y optar por lo mejor que necesita nuestro país. Hemos pasado las internas partidarias, hemos pasado la primera prueba crucial para demostración de propios y extraños que seguimos siendo un partido numeroso, institucionalista, respetuoso de los resultados y que nuestros dirigentes se están poniendo a la altura, abriendo diálogos y sentando posturas, buscando la gran unidad nacional y partidaria. Gobernando el coloradismo, gobernaría el paraguayo; el hombre y la mujer que realmente ama su vida y a su patria, a su comunidad, a su familia. Hoy vivimos nuevos tiempos y el 2013 es el año que dará inicio al rumbo que como colorados debemos optar.
Hoy es Cartes. En el ayer fueron muchos hombres que accedieron a la primera magistratura como Wasmosy, Cubas, Nicanor Duarte Frutos, para citar a los más próximos. Así como lo fue Blanca Ovelar en el 2008 y respetando la voluntad popular, hemos participado y defendido nuestro emblema partidario y su función de gobernar por 5 años más en la presidencia de la República. Se ha revitalizado la democracia. Los hechos actuales lo demuestran. Tras la caída electoral, muchos denigraron y satanizaron a nuestro partidario. Muchos profetizaron la caída de nuestra institución y que políticamente estábamos muertos. Hemos demostrado que seguimos fuertes y con hombres y mujeres capaces y prestos a gobernar. Lo demuestran nuestros intendentes colorados electos. Lo demuestran nuestras autoridades partidarias quienes accedieron por medio de elecciones libres. Lo demuestran hoy nuestros candidatos después de la fiesta cívica partidaria del 9 de diciembre pasado. Lo demostraron nuestras autoridades del Tribunal Electoral Partidario que hoy nadie puede apuntarle con el dedo indicio o presunción alguna de corrupción o fraude. Las victorias y derrotas electorales son efímeras y pasajeras, con lo expresado no se pretende demostrar una petulante afirmación con cierta dosis de arrogancia que muchos de nuestros líderes siempre acostumbraron a utilizar en sus extensos discursos. Hoy necesitamos hechos. Nuestros dirigentes y futuros representantes nacionales deben responder a las necesidades populares urgentes. Debe tener orientación y bastante tino político, sabiendo que gobernar un país no se realiza de forma unipartidaria y de manera antitolerante frente a demás facciones políticas, movimentistas e ideológicas.
Los errores y desaciertos debemos afrontarlos y no encubrir corruptelas y vicios que causaron el hastío, el cansancio y la frustración, generando así que se busquen otras opciones. Como humanos cometemos errores, los políticos cometen errores. Lo cometen los futbolistas, los periodistas, las modelos, los estudiantes. Pero se pueden siempre subsanar, siempre y cuando el pueblo se lo permita, porque en política los errores se pagan caro. Quizás los jóvenes tienen el derecho a equivocarse, por como dice la frase: “La juventud sólo tiene dos derechos naturales: El derecho a equivocarse porque no tienen experiencia y pueden redimirse porque tienen tiempo para hacerlo. Y el derecho inalienable a rebelarse porque a esa edad el idealismo es puro y sincero”.
Hemos hablado de desafíos en el título. El desafío no está en vengarse del liberalismo o de la izquierda por los votos del 20 de abril del 2008. El desafío no es demostrar a otros partidos nuestra grandeza y capacidad: nuestro desafío está en ponernos a prueba como colorados y vivir coloradismo día a día, creer en que se puede gobernar de manera pacífica y sin exclusión de correligionarios; que el tiempo de las mezquindades, de las tránsfugas, de los desaciertos que estuvimos acostumbrados y que tanto daño hicieron a nuestra imagen en estos años de democracia sean corregidos y rectificados. Hoy nos toca forjar el nuevo rumbo con las manos juntas y enlazadas entre todos los paraguayos. Podemos todavía contar con un país con políticas públicas serias, con proyección Paraguay 2020, 2030 0 2050. Que el país no empieza con un nuevo gobierno y termina con el mismo. Es un devenir histórico y debemos rescatar todas las piezas que favorecieron a nuestra patria y aprender de los errores.
Podemos contar con un país en serio, con un país con gravámenes impositivos considerables y que no hagan más pobre al pobre ni más rico al rico. Podemos contar con un país con programas sociales que tiendan al favorecimiento de la agricultura y la ganadería, que estimule las pequeñas y medianas empresas nacionales y que las extranjeras encuentren seguridad jurídica y política para operar, pagando los mismos impuestos que pagaría un paraguayo.
Podemos contar con un país con educación de nivel y con su niñez y juventud despierta y encendida, ávida de lectura y de querer participar en la toma de decisiones en sus gobiernos respectivos, sean locales, regionales o a nivel nacional. Nuestra juventud necesita empoderarse de los verdaderos problemas, necesitamos que jóvenes se empoderen del gran partido nacional republicano y salga a defender sus derechos como los ajenos. Podemos contar con un país que invierta en educación y se acaben las escuelas mango guy y las universidades fabricantes de títulos. Podemos contar con maestros preparados y con salarios dignos y acordes a su preparación y formación.
Podemos contar con un país con mucho progreso. Podemos contar con un país que sobresalga en el deporte con jóvenes atletas que cuenten con el espacio respectivo y el apoyo estatal correspondiente en caso de imposibilidad de costear gastos y viajes de representación. Tenemos glorias en el fútbol, en el tenis, en el baloncesto, en el balonmano: hay tantos valores ocultos que el Estado puede encargarse de despertar ese don y formar verdaderos ciudadanos.
Y así podemos ir citando todo lo que podemos creer y contar que podemos en este país si contamos con verdadero y efectivo apoyo y seguimiento, no con el ánimo de paternalismo y protección de corte liberal, sino con inclinación hacia sectores menos favorecidos y de aliento, de propulsar y ofrecer garantías a quienes posean mejores condiciones. Es el país que necesitamos, con mayor igualdad de oportunidades y es el coloradismo la única bandera que puede enarbolarse en pos de esta conquista y cruzada democrática, para bien de millones de paraguayos y paraguayas.
El desafío es enorme, y el coloradismo siempre estuvo presente en horas tristes y en las glorias de la historia nacional. Es el momento que como colorados sepamos entender que nuestro país nos necesita y que coloradismo no significa sólo polca, concentraciones multitudinarias y discursos verborrágicos sin contenido ideológico, sin principios y sin orientación política. Coloradismo es poner marcha todos sus postulados, con hechos y con trabajo honesto y transparente. Coloradismo es ponerse en la piel del paraguayo necesitado y con ansias de mejores condiciones de vida y trabajar por el Paraguay y demostrar que podemos contar con mucho más aun.
Fabio Candia Sánchez.
07 de Enero de 2013.