viernes, 24 de febrero de 2012

LA SITUACION INDIGENA EN PARAGUAY.

16 horas. Ciudad de Coronel Oviedo. Hace par de horas que había parado de llover en este verano tan caluroso que hemos vivido en los últimos años en Paraguay. Divisé en uno de los semáforos céntricos una situación que no debería verse en nuestro país. Mucho menos derivando de personas que en un primer momento fueron los primeros habitantes de esta tierra, los verdaderos dueños que fueron despojados por la avaricia y la sed de riqueza con la que cargaban los conquistadores y colonizadores. Nuestra tierra, tan rica y de tanto provecho, ironías de la vida, acoge la misma a la pobreza misma hecha en personas, hecha en los nativos de nuestra tierra, el Paraguay. Como diría cierto escritor: “La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra”.

Al ver semejante panorama: niños descalzos, caras sucias, miradas tiernas y humildes, sencillas y desprovistas de tanta maldad, acompañada de la bondad e inocencia de un niño dibujados en sus rostros, y a la misma desprovista, se une la falta de ropa, de guaraníes que llevar a padres borrachos sin trabajo y sin tierra, sin pan, sin sueños, sin realidad: lo único que poseen es el recuerdo de un pasado de sus antepasados, verdaderos dueños y padres de la tierra, quienes al ser arrebatados de su tierra, al ser explotados y muertos inclusive muchos, fueron quedando en el olvido, olvidándonos todos nosotros de su condición humana, acompañando muchas veces odio y repugnancia por sus condiciones paupérrimas y tan desconsoladoras. Todo eso ha vuelto a mi cabeza en un par de minutos al divisar semejante espectáculo, ante la desidia y falta de respuestas por parte de una sociedad muda y míope, por parte de un Estado inoperante y mentiroso, por parte de una comunidad internacional que no hace defensa concreta de los derechos, haciendo tan solo declaraciones poéticas y líricas. No son infrahumanos, son iguales y merecen mejores condiciones.

Paraguay, se jacta a boca llena de la “raza guaraní”, de la “garra guaraní”, de la “grandeza guaraní”, pero se olvida que guaraní es su segundo idioma oficial y legado por los nativos, que hoy en día son pocas las comunidades y todas viviendo en la extrema pobreza. Si se logra hacer algo por las comunidades indígenas lo que más vemos es “asistencia” y es lo negativo de la cuestión. La asistencia supone el hecho de facilitar condiciones y no la de proveer herramientas valederas para la verdadera reposición social de personas que si bien tienen otro tipo de cultura y costumbres, son dignos de vivir en buenas condiciones y tener el ejercicio correcto de la ciudadanía, como verdaderos paraguayos, genuinos hombres y mujeres de esta tierra.

Con 572 comunidades indígenas localizadas a lo largo y ancho del territorio paraguayo, cada una con un promedio de 15 a 20 familias de 6 a 8 integrantes cada una, con orientación a la agricultura básica y rudimentaria a falta de verdaderos elementos de trabajo, con poco ingreso debido a la falta de organización y comercialización de productos como de campo laboral, con organización comunitaria regular, es decir, con comunidades organizadas en cuanto a dirigencia debido a la costumbre de manejarse con líderes y jefes de comunidades, muchas de estas con reconocimientos gubernamentales pero vanos, puesto que los reclamos son incesantes pero las respuestas son las mismas: no hay presupuesto. El órgano estatal encargado sobre cuestiones relacionadas a las comunidades indígenas es el INDI (El Instituto Paraguayo del Indígena), legislado por Ley de la República Nº 904/81, “El Estatuto de las Comunidades Indígenas”. Como se nota por el año, data esta ley del gobierno de Stroessner, hace 31 años. Esta institución autárquica y autónoma de la República tiene principalmente la función de establecer políticas y programas, coordinar, fiscalizar y evaluar las actividades indigenistas del sector público y privado; prestar asistencia científica, técnica, jurídica, administrativa económica a las comunidades indígenas, por cuenta propia o en coordinación con otras instituciones y gestionar la asistencia de entidades nacionales o extranjeras; (Artículo 32). El presupuesto 2012 para esta institución es el siguiente: 169.921.941.531 gs. De los cuales, 6.969.130.479 gs., es destinado para programas de administración, y 162.952.811.052 gs., para programas de acción. El más importante es el segundo: aquí se los fondos se utilizan para la asistencia integral a indígenas, comprendiendo asistencia técnica, jurídica, científica y económica, que del monto citado, se destinan 160.152.811.052 gs., para estas asistencias en conceptos de Servicios Personales, Servicios No Personales, Bienes de Consumo e Insumos, Bienes de Cambio, Inversión Física y Transferencias. Tecnicismos no empleamos pero citamos montos. Y el monto restante se destina en Apoyo al Desarrollo Social, 2.800.000.000 gs.

Interesantes sumas, ¿no es así? Bien, ante todo esto y hasta el momento de redacción del presente, en medios de prensa se hablaba de los nuevos 13 mil cargos públicos creados en el sector de la Función Pública Estatal, resaltando que al INDI solo se ha otorgado 1 (UN) solo cargo. Es para corroborar y atender. Llama mucho la atención. Es por algo que hoy vemos tanta desidia y abandono estatal hacia un sector olvidado históricamente y en el presente. El gobierno actual había prometido incesantemente del cambio, ese cambio de gobierno producido en urnas gracias a la confianza de la gente, hastiada y harta de gobiernos corruptos y con poca credibilidad, el actual se mostraba con esperanza. Razón de ello es que escribimos ensayo recordando que a pesar de todos los bonitos discursos no fueron cristalizados y que el tema INDIGENA no ha sido solucionado, obviamente es un problema no solo político sino social; existe una sociedad indiferente ante los problemas y la solución de estos problemas de formas aisladas hace que sea imposible la concreción de los resultados que se esperan: comunidades indígenas sustentables, productivas, con ciudadanos conscientes y partícipes de la vida nacional en cuanto a lo económico, cultural, deportivo, político, etc., reivindicando la lucha de años, respetando la cultura y costumbres, haciendo verdadera Patria.

Como ciudadano, espero no ver más hechos como los que vi en estos días. Somos una sociedad que debe tener conciencia de este grave problema y que nuestros gobernantes deben tomar cartas en el asunto de forma urgente.

24 de Febrero 2012
Fabio Candia
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