Las elecciones generales para la renovación de autoridades nacionales y departamentales se acercan y la campaña electoral se intensifica por todos los ángulos en que se miren. Los partidos, movimientos y alianzas siguen con un ritmo inusitado el proceso de campaña en la búsqueda de los votos y la adhesión ciudadana de manera a conquistar el poder. En el mes de abril del 2018 se definirá la nueva conducción nacional y departamental en el país.
En este síntesis de análisis, me detengo solamente a opinar sobre el capítulo CAAGUAZÚ como Departamento y en especial la campaña a la Gobernación, en una región con alta carga política por sus antecedentes, actores políticos oriundos de esta zona del país con relevancia en la política y las expectativas que se generan con relación a quienes ocuparán los espacios de poder con el correr de los años.
Antes de exponer, señalo que me encuentro como parte interesada, puesto que me encuentro en campaña por un partido político y acompañando plenamente las candidaturas, lo cual no impide que opine de igual manera, observando mis puntos de vista, aciertos y probables errores que pudieran observarse.
Definitivamente, la carrera a la Gobernación está polarizada en los candidatos de los 2 partidos políticos tradicionales:
Edgar Olmedo por el Partido Colorado Lista 1, y Alejo Ríos, afiliado al Partido Liberal pero con la chapa de la Alianza Ganar Lista 5. Desde la creación de las gobernaciones con la Constitución del ’92, 3 gobernadores fueron colorados y 2 gobernadores fueron liberales. En esta contienda se enfrentan un oriundo de la capital departamental (OLMEDO) y un nacido cordillerano pero con radicación en la ciudad de Caaguazú (RIOS).
Tras duras internas en ambos Partidos, se notan los trabajos de unificación dirigencial en las filas de la ANR, con la plena integración de movimientos en los trabajos y actos políticos. Por su parte, el PLRA principalmente viene de unas internas con denuncias de fraude y fracturas que aun no cicatrizan, más allá de demostraciones que no convencen del todo; y si bien forman una alianza, la misma no se encuentra cohesionada especialmente por la puja del poder entre referentes, el regionalismo, la búsqueda de la supremacía especialmente en el PLRA y la dispersión de votos que se generan al encontrarse distintos movimientos que apoyarían la candidatura a la Gobernación y la Presidencial pero no en candidaturas al Senado o Diputación, no existiendo así un voto disciplinado o unificado hacia el sector, diferencia que se registra en el Partido Colorado, que tiene bases para apuntar a la unidad del voto por parte del sector duro del coloradismo.
Sin embargo, la nota en esta campaña electoral se registra en el regionalismo y la clásica rivalidad entre caaguaceños y ovetenses, que se exporta del fútbol y se trae a la política. El reclamo de los primeros se sustenta en la mayoría de electores pero no en participación y en la necesidad de contar con un dirigente caaguaceño en el sillón departamental. Por otra parte, el electorado ovetense tiene una tendencia en optar por candidatos locales, lo cual aventaja en cierta manera a Olmedo, quien fuera Concejal Departamental, Intendente Municipal y Concejal Municipal de la comuna ovetense. Ríos correría con ventaja en Caaguazú por ser ex Intendente, pero no goza de la preferencia ovetense y tampoco genera la unidad y atracción por su perfil, algo que diferencia enormemente de Olmedo, quien tuvo un importante respaldo colorado en la ciudad de Caaguazú tanto en internas y que se espera en las generales tras la prueba de la unidad en las municipales de Caaguazú el pasado febrero, a pesar de la derrota de la candidata de la Lista 1.
Los trabajos en el Departamento se intensifican y el 22 de abril, la ciudadanía optará por su preferencia. A medida que pasa el tiempo, la campaña electoral evidencia la diferencia en las estrategias y metodologías de trabajo.
En lo que respecta a la comunicación de campaña, Olmedo toma posición de ventaja puesto que es dinámico, se observan los trabajos que realiza y se registra el apego a la candidatura nacional presidencial con Marito Abdo. Por su parte, Ríos es poco adepto a la comunicación digital, no registra mucha fluidez y genera gran confusión entre señalar los dedos como imagen oficial (no sabemos si es la victoria o Lista 2, tradicional para el liberalismo) y la lista oficial, la 5, sin mostrarse pegado a la candidatura nacional presidencial de la Alianza con Efraín Alegre.
En 22 distritos, con 72 locales de votación, y un total de 324.113 electores habilitados en 1.622 mesas receptoras de votos, definitivamente ganará quien tenga mejor organización, mejor estructura para captar la confianza, generar la adhesión y por último capitalizar con el voto a través de la movilización de la ciudadanía del V Departamento. El condimento especial es la cierta rivalidad entre caaguaceños y ovetenses, pero el electorado pesa cuando hay unidad partidaria, base de los votos para los candidatos, y el bolsón electoral con que cuenta cada distrito, relevante en la decisión final ante el contrapeso y eventual paridad o corta diferencia entre Caaguazú y Coronel Oviedo.
Es evidente que hoy en día la utilización de los medios masivos de comunicación, y con mayor razón internet y las redes sociales influyen mucho en la toma de decisiones. La utilización de medios y redes se ha disparado últimamente. Para estas elecciones, la innovación es mayor: difusión de videos, programas, conversatorios, fotos con impacto visual, reunión de masas y grandes convocatorias y sus consiguientes comentarios están a la luz del día. Y no menos, también los eventuales chistes, imágenes e indirectas propias del juego electoral sobre los diferentes candidatos y su historial político.
Se espera amplia participación y la ciudadanía aguarda debates, propuestas y conversatorios: el papel de los medios tampoco está ajeno y las mediciones estarán a la orden del día. Definitivamente esto nos demuestra que estamos en tiempos de intensa campaña electoral.
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