Artículos, opiniones, trabajos y ensayos sobre varios temas de interés general.
lunes, 15 de octubre de 2012
Coronel Oviedo ha practicado una magna asamblea popular en defensa de su territorio.
El 11 de octubre no en vano se considera fecha histórica para ovetenses, paraguayos y paraguayas. En la fecha se festeja el día del poeta paraguayo, en honor a la máxima gloria de las plumas paraguayas, Natalicio de María Talavera, primer poeta post independencia nacional y primer corresponsal de guerra de la Patria, pionero del periodismo nacional. En la fecha, se recuerda el fallecimiento de uno de los hombres más grandes que pudo conocer esta tierra guaraní: el Coronel Florentín Oviedo, quien se retiró a los parajes de la Villa Ajos luego de homéricas batallas en la Guerra de la Triple Alianza y su prisión en Brasil, siendo uno de los prisioneros de guerra más temidos y respetados entre los paraguayos y para mismísimos brasileros. Esta fecha también rinde homenaje a uno de sus hijos dilectos, ex presidente de la República del Paraguay, Oscar Nicanor Duarte Frutos, hijo del bohemio y poeta Héctor Roque Duarte.
Y esta fecha se considera asimismo, como el día en que la ciudadanía ovetense se volcó a las calles ovetenses, calles que en tiempos remotos caminaron grandes hombres como Juan Angel Benítez, Serafina Dávalos, Manuel Romero Villasanti, Ramon Mendoza, Cayo Sila Godoy, y hasta el mismísimo Coronel Florentín Oviedo. En atención a la inminente distritación de una de sus colonias, la Colonia Blas Manuel Garay, restándole valiosas porciones de tierra, o mejor dicho, grandiosas y ricas tierras, consideradas históricamente como de propiedad ovetense, como la Colonia Dr. Domingo Montanaro, la zona del Cruce Internacional, Santa María, en fin, unas 39.000 hectáreas, una ciudadanía vibrante y alarmada, se presentó en la Plaza de los Héroes a rendirle homenaje a su máximo héroe; niños, jóvenes, padres de familia, autoridades políticas, militares y educativas dijeron presente y saludaron a la bandera desde muy temprano y recordaron al hombre que dejó en lo más alto el nombre del soldado paraguayo.
Finalizado el acto solemne y patriótico, la ciudadanía cerró sus avenidas principales, y en procesión pacífica, tranquila, se acercó hasta la coqueta avenida Tuyutí, testigo de la máxima expresión popular que un pueblo puede realizar: una asamblea que reunió a todos sus habitantes en defensa de un proyecto de ley que pretende mutilar, cercenar, extraer territorios de exclusividad ovetense. Habilitaron un micrófono abierto, ocasión propicia para que hombres y mujeres pudieran expresar sus voces de aliento y acompañamiento a la defensa territorial, para expresar su deseo de respeto al derecho de independencia distrital y desarrollo por parte de pobladores de Blas Garay, pero respetando los límites que le corresponden, sin extraer porciones de tierra legítimamente ovetenses.
Subieron a la tarima autoridades políticas, políticos candidatos, jóvenes, docentes, trabajadores privados, en fin, un acto que duró hasta el mediodía y que el denominador común de los discursos fue la no extracción de tierras ovetenses por parte de un proyecto de ley que pretende crear un nuevo distrito a costas de Coronel Oviedo y la ciudad de Caaguazú. “No pretendamos crear regionalismos, no pretendamos generar conflictos estériles; los habitantes de la Colonia Blas Garay son nuestros hermanos, son ovetenses, son de Coronel Oviedo”; fueron las palabras de un Intendente Municipal emocionado, quien expresó que sentía el corazón hinchado viendo a tantos hombres y a tantas mujeres defendiendo y elevando su voz en contra de la mutilación de su territorio.
La ciudadanía dijo presente y demostró su unidad en una causa comunitaria. Estudiantes expresaron su descontento y hasta en redes sociales, en donde más conviven e interactúan, han demostrado su rechazo a esta ilegítima pretensión, hasta han generado burlas y escraches a quienes están a favor o demuestran cierta aceptación a la distritación “blasgarayense”. Sirve de primer ejemplo este acto como la primera asamblea popular ovetense, que ante hechos, actos en contra de los mismos, en contra de los intereses ovetenses comunitarios, saldrán a las calles y expresarán sus deseos, no callarán su voz, y que es posible congeniar y aglutinar hasta colores y banderías políticas, tal como se vieron a dos ex intendentes de diferentes bandos partidarios compartiendo tarima y micrófono solicitando el rechazo y retiro del proyecto de ley polémico para la ciudad.
La ciudadanía sabe y conoce de sus derechos. Es de obligación suya saber reclamar lo que le corresponde y ceder lo que no le pertenece. Ovetenses supieron demostrar ciudadanía y lo ha demostrado. Que este primer ejemplo sea el gran paso que necesitamos para construir una gran ciudad; armónica, engrandecida, con altos valores de civismo y noble, gentil y cálida en su trato diario. Hoy en día, más que nunca, necesitamos los ovetenses de cultura cívica: se aproximan unas elecciones que más que nunca prometen ser candentes y de alto voltaje. La ciudadanía debe aprender que no son objetos de derecho: que no se sirva de dádivas o regalos por parte de políticos que solo buscan el beneficio personal descuidando los verdaderos intereses del pueblo y que responde a intereses sectarios oscuros. Cada ciudadano es un sujeto de derecho y posee la dignidad y respeto que todo ser humano cuenta desde su concepción. La máxima expresión de hacer valer su condición como tal, lo hace en la decisión del voto, es en ese momento sublime en que como miembro del colectivo social que es el Estado, le permite tomar decisiones y determinar el rumbo de la nación. Es por ello que este acto sirve de mucho para fundamentar un futuro con alto porcentaje de participación ciudadana en decisiones electorales.
Estamos a punto de definir nuevos rumbos para la República, para nuestra comunidad. Sepamos definir nuestras vidas comunitarias a través de un derecho innegable; sepamos construir ciudadanía a través de nuestros actos cotidianos y urjamos a nuestras autoridades el cumplimiento irrestricto de sus mandatos, somos sus mandantes y ellos deben obedecer a las solicitudes de su pueblo puesto que a su pueblo se deben. Que la demostración cívica vivida el 11 de octubre sirva para mejores épocas y mejores tomas de decisiones en pro de una comunidad pujante y trabajadora, luchadora en sus ideales, defensora de sus más grandes valores y viva cada vez más en nuestros corazones un sentido de pertenencia a nuestra tierra, a nuestra Patria, que tanto nos necesita.
Coronel Oviedo, 11 de octubre de 2012.
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