domingo, 19 de mayo de 2013

LA HISTORIA QUE NUNCA VA A TERMINAR.

“La historia es un incesante volver a empezar”. Tucídides, historiador griego.

Como una serpiente ante su presa próxima a extinguirse, así mis brazos se enredaron y encadenaron por su cintura y la calidez de un saludo y la ternura de su mirada domaron y calmaron la avasallante entrada de un hombre volviéndolo manso y tranquilo; mis manos respetaron y sin miedo le entregué un saludo y sentí su tibio rostro, una suave y dulce voz salió de aquella boca, manantial de dulzura y emoción que a gritos mi alma y mi ser gritaban y ansiaban desde aquel instante de locura eterna. No dejé desde aquella vez recordar esa instantánea dulce y nunca más la pude olvidar: es la historia que nunca va a terminar.

Dicen que cuando la madre da a luz, y el niño es tenido en vida, la madre dio a luz; en brazos, este nuevo ser ve la luz del mundo y es bienvenido y todos se regocijan en felicidad. Aquella tarde sabatina, nacía una luz, lo veía en el rostro más puro y hermoso: veía en aquel momento esas miradas, esos gestos que sólo me inspiraron a amarla y seguir haciéndolo hasta hoy, y respirar su aliento, observarla, disfrutar la vida, hasta inclusive sentir su ser por más de una distancia, así abrazo su alma y su ser hasta hoy.

Así querida te recuerdo: hay días interminables, hay noches incontables en las que hasta mis silencios son dedicados para ti; hay palabras como estas que con placer y máximo gusto se entregan a ti y con la más pura sinceridad y deseos de quedar para siempre, de quedar perpetuamente en nuestro corazón, hoy abrazo con gozo y felicidad el amor que guardamos y tenemos fuerte, no hay siquiera un viento de tormenta que pueda derribar el fuerte de nuestra pasión, el fuerte de nuestro amor inclaudicable. Hoy más que nunca el corazón late y sudo el triple más que aquella tarde en la que sólo me queda la única sensación de tocar el cielo con las manos y verla con mis propios ojos, hoy ya vivo en el cielo y lo digo por tenerte y por la gran felicidad de compartir un solo corazón, un gran amor. La historia no termina, son apenas las primeras hojas de las millones que habremos de escribir, son apenas las primeras que solo se dejan escribir con tus manos y la mía para que podamos saber que no hay nada mejor que compartir un amor y una gran historia. La verdad reluce, el amor florece; nuestras historias se unen y se convierten en esto por el hecho de recordarte y por permitirme seguir viviendo con la ilusión-realidad de tener al ángel más hermoso del paraíso terrenal y que comparta su vida con la mía y que tengamos el anhelo y deseo más puro de seguir escribiendo esta historia: desde aquel momento nunca dejé de pensarte y nunca pude olvidarte, desde aquel momento me entregué a vos e incansablemente vivo por el amor y vivo inspirado, respiro letras, exhalo inspiración, tus recuerdos siempre me invaden y es todo por nuestro gran amor.

La historia nunca terminan y hay quienes dicen que es una réplica del pasado en situaciones y momentos distintos. Quién sabe; seguro miles de años atrás nuestras almas se juntaron y hemos vivido en el transcurso de la historia y de la vida juntos y hoy hace que así nos hayamos encontrado, distantes inclusive, pero con la necesidad de búsqueda para encontrarte y entregarme tan solo a ti. Nunca encontré explicaciones a tanto y solo sé y me rindo: que la única razón ante todo eres tú. La historia se repite, pero sus lecciones debemos de aprovecharlas; mi entrega incesante a ti solo busca ser lo mejor para vos y no detenerme solo en ese encuentro. Por eso y muy de acuerdo sigo con la idea de que las historias nunca deben repetirse y que para eso estamos, para transformarla y no solo comprenderla como tal. Hoy, con tanta entrega mi querida hago mi historia contigo, quizás influido por el pasado pero de una sola cosa seguro: que el futuro, por los siglos de los siglos es nuestro.

La historia que nunca va a terminar es esta, es nuestra; es porque ella se escribe con el corazón y no solo en libros, es porque ella se escribe con amor y no solo de a uno, es porque ella se escribe con la vida y la que nunca se va a apagar.

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